jueves, agosto 17, 2006

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ESTADO DE BIENESTAR “O” POLITICA SOCIAL.
Alfredo Mora Heredia.
En la modernidad persiste todavía, confusión entre Estado de Bienestar y política social, siendo evidente cuando se plantea la pregunta: ¿En América latina existe un Estado de Bienestar? Sin pensar un instante responden afirmativamente. Eso es erróneo. Un país puede tener las mejores políticas sociales y no ser un estado de bienestar, es el caso Latinoamericano. Para ser un estado de bienestar debe de tener ciertas características.
Estado de Bienestar se entendería como un conjunto de respuestas de políticas públicas al proceso de modernización, consistente en intervenciones en el funcionamiento de la economía, las cuales reorientan a promover la seguridad, e igualdad de los ciudadanos introduciendo, entre otras cosas, derechos sociales específicos dirigidos a la protección en el caso de contingencias preestablecidas, con la finalidad de aumentar la integración social.
Ahora bien, el Estado de Bienestar, será el impulsor de la actividad económica, implementará políticas sociales que impliquen seguridad y bienestar para todos, prestará servicios públicos a cambio de impuestos, desarrollará los mecanismos necesarios para establecer el respeto de los derechos ciudadanos y será el encargado de establecer pactos sociales; esto es, creará los mecanismos mediante los cuales consigan un bien común, empresarios trabajadores y gobierno. (Corporativismo)
Por otra parte existen, diversos tipos de Estado de Bienestar. 1) Residual o liberal, 2) Institucional o socialdemócrata y 3) modelos intermedios. Del tipo 1 tenemos a Estados Unidos, Canadá y Australia. En este modelo el Estado juega un papel subsidiario en la satisfacción de las necesidades y las instituciones públicas de bienestar. Intervienen cuando los mecanismos tradicionales de satisfacción de necesidades, familia y mercado, fallan o son insuficientes. La forma estatal es mediante la garantía de subsistencia mínima en la prestación de determinados servicios. En el institucional tenemos a Suecia, Noruega, Finlandia, sólo por mencionar algunos. Finalmente, existen países con un modelo intermedio, el caso típico es Alemania, aquí el mercado laboral y su regulación, es el mecanismo principal de asignación inicial de los recursos. Las instituciones de bienestar social juegan un papel auxiliar de la economía y de la acción del mercado. Este modelo no provee cobertura a todos los ciudadanos, sino solo a aquellos que han realizado las contribuciones o cotizaciones necesarias en el pasado.
La política social, comprende los fines y los objetivos de la acción social. Las leyes los programas y las acciones evaluables del gobierno, son tomadas por una serie de consideraciones políticas para responder a un cierto número de carencias mediante mecanismos de redistribución progresiva de los ricos a los más pobres, según las necesidades. Claro está, hablamos de necesidades sociales, educación, salud, vivienda, trabajo, asistencia social, y no de necesidades humanas (subjetividad y particularidad). Por lo tanto las políticas sociales son universales y objetivas.
Después de esta diferenciación importante. Se entra de lleno a establecer porqué estos modelos teóricos no explican en gran medida la realidad persistente en el mundo moderno. El estado de bienestar es cada vez más criticado, las políticas sociales son menos en países que han adoptado el modelo neoliberal. Para algunos teóricos, neoliberales, el estado social interfiere en el mercado, mata la motivación para ser productivo y tiene efectos negativos en el largo plazo sobre una población siempre creciente que enfrenta necesidades cada vez más diferenciadas. Pero a pesar de esta dura crítica el Estado de bienestar sigue vigente, mantiene su arquitectura esencial con un alto grado de legitimidad social, claro está, en Europa, porque en América Latina se reduce la política social, lo público se hace privado, privatizar y pasar la estafeta al mercado.
Algunos comentarios sobre inmigración y desigualdad.

Alfredo Mora Heredia.

La inmigración un problema, de importancia trascendental para el mundo y en particular para los paises desarrollados. La migración de manera sencilla es aquel conjunto de individuos con movilidad de su lugar de origen, siendo interna y externa. Sería un inmigrante aquel individuo nacido en determinada región de su país pero que por cuestiones de índole económico–laborales tiene que residir en otra región más alejada. Ejemplo: el alto índice de inmigración de jóvenes profesionales salmantinos hacia Madrid, Barcelona, Valencia; por falta de empleo en Salamanca. La migración externa sería aquella en la cual grupos de individuos emigran hacia países desarrollados en busca de empleo y/o mejores condiciones de vida. Ejemplo: Marroquíes hacia España y mexicanos hacia E.U.A. La migración tiene incidencias significativas en todos los órdenes de la sociedad humana: económicos, culturales, sociales, politicos, etc.
En la actualidad, los grandes rezagos económico–sociales en países en desarrollo, han provocado cantidad de individuos en busca de mejores condiciones de vida en naciones desarrolladas lo cual ha provocado cambios profundos en las legislaciones de éstos, que ahora son, por lo general, mucho más restrictivas que en el pasado y se orientan fuertemente al control de la inmigración ilegal, fenómeno éste que, junto al problema del empleo de trabajadores indocumentados, se ha convertido en el tema más álgido de las políticas inmigratorias de esos países. En general, no cabe duda de que, a escala mundial, han sido reforzados los controles aplicables al ingreso, tránsito, residencia y empleo de extranjeros.
Y ¿qué sucede con los inmigrantes y extranjeros dentro de las naciones desarrolladas? Existe discriminación, exclusión y desigualdad. El extranjero aun con documentos que acrediten su estancia legal en el país no tiene libre acceso a servicios prestados por el estado, empleos con bajos salarios, explotación sexual, violaciones dentro de los hogares en los cuales son empleados y la gran xenofobia existente en algunos países desarrollados. De esta manera, es necesario crear los mecanismos que faciliten la integración de los inmigrantes y su plena incorporación a las sociedades de destino, en aspectos tales como la educación, los servicios de salud y la protección social.
En este contexto, en España habitan un millón y medio de residentes mientras los sin “documentos” asciende a 500 mil. Repercutiendo en todos los niveles y afecta a los diferentes territorios originando rasgos específicos y problemáticas concretas. Por otra parte, los inmigrantes trabajan en su mayoría en economías sumergidas, se les paga menos, trabajan en peores condiciones, recibiendo menos del sueldo mínimo exigido por ley. En muchos casos carecen de vivienda digna.
Finalmente, en lo referente a la política española de inmigración se puede catalogar como de muy restrictiva por el despliegue policial que ha hecho para controlar los flujos, pero escasamente eficaz en cuanto a políticas reales de integración social y enormemente discriminatoria hacia el inmigrante sin papeles, al que sitúa en una posición de una enorme vulnerabilidad legal, carente de derechos, y condenado a una muerte civil e institucional, con escasas posibilidades de regularizar su situación.
Referencias Bibliográficas.
Propuesta de Decisión Marco del CONSEJO relativa a la lucha contra el racismo y la xenofobia (Bruselas, 28,11,2001);

Directiva 2000/43/CE del CONSEJO de 29,06,2000 relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato de las personas independientemente de su origen racial o étnico;

International Migration, Racism, Discrimination and Xenophobia, ILO, IOM, OHCHR, UNHCR, Geneva, 2001;

“Migrations clandestines enjeux économiques et politiques” (Part. III de Tendences des Migrations Internationales, Rapport annuel 1999), SOPEMI, 1999.

Re-pensando el paradigma de la migración y la prostitución, TAMPEP, 2001;

Migración, Refugiados y Xenofobia. Elementos para un programa de acción, MIGRANTS RIGHTS INTERNATIONAL, 2000.




ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO A LA PARTICIPACIÓN DE LOS USUARIOS EN LOS SERVICIOS DE SALUD PÚBLICA EN MÉXICO.
Alfredo Mora Heredia.
A manera de Introducción
En los años recientes los usuarios del servicio de salud público están más insatisfechos en la atención médica recibida. Más, sin embargo, no cuentan con los espacios necesarios para hacer explícita y válida su reclamación. La verticalidad existente en las reglas no propicia la responsabilidad explícita de los funcionarios y da menos lugar para la participación del usuario del servicio público. En tal contexto, en el presente escrito se determinará cual es el nivel de participación de los usuarios en los servicios públicos de salud en México. Y de esta manera establecer la necesidad de la existencia de mecanismos de control social de cada una de las funciones que debe cumplir el sistema de salud en el México moderno.
Un esbozo general del servicio de la salud pública en México
En México, la prestación del servicio de la salud se caracteriza por un modelo mixto y segmentado, en el cual los prestadores públicos atienden a la población de mayor riesgo y de menores ingresos[1]. Los prestadores públicos presentan problemas de gestión y de eficiencia propios de organizaciones que operan en un contexto burocrático, con escasa competencia, falta de control efectivo por parte de la administración, escaso recursos financieros y excesivo centralismo en las políticas de gestión de los recursos humanos y financieros.
Por otra parte, la influencia política y el poder social que tradicionalmente han tenido los gremios de los profesionales de la salud, reforzados por la relación vertical entre el médico y el paciente, han tenido preponderancia sobre la opinión de los usuarios en un contexto en el que existen escasos mecanismos de control social sobre los prestadores de servicios de la salud. Por ello, una parte importante de los aumentos de recursos destinados al sector de la salud que han acompañado a las reformas, ha generado aumentos de los costos del sistema que no se ha traducido necesariamente en mejoras equivalentes en calidad del servicio. Ahora bien, dado el alto grado de insatisfacción de los usuarios con el sector salud, se han realizado algunos esfuerzos orientados a recoger la opinión de los usuarios de dicho servicio y así establecer un mayor control sobre los prestadores de servicios de salud. En tal sentido en varias instituciones de salud pública existen sistemas de información y reclamación, la realización de encuestas de opinión y el establecimiento de compromisos sobre cobertura, calidad y oportunidad del servicio. No obstante todavía falta mucho por realizar, y más desde la óptica del prestador de servicio ya que de poco servirán las hojas de reclamaciones en las que el ciudadano protesta por el funcionamiento de la organización, el comportamiento de sus empleados, los medios disponibles u otros, si quienes las analizan son los mismos empleados de las instituciones de salud.

De la realidad al ideal, “La Participación de los Usuarios en el Servicio de Salud Pública en México”
En una sociedad democrática la ciudadanía consiste en el derecho de las personas a definir las reglas del juego, los derechos, las obligaciones y a contar con los mecanismos que garanticen que estos derechos se lleven a cabo. De esta manera, las personas serán reconocidas como usuarios y a la vez como ciudadanos ante los cuales los sistemas públicos y en especifico el de la salud, debe rendir cuentas de la calidad y oportunidad del servicio, así como del uso eficiente de los recursos. Todo esto, desembocaría en una mayor responsabilidad del sistema frente a la ciudadanía. Esto conlleva a la implementación de distintos mecanismos de participación, ya sean individuales o colectivos, que permitan a los usuarios ejercer control sobre sus derechos de protección de la salud[2].
Ahora bien, estos mecanismos de control por parte de la ciudadanía, pueden ser instrumentos de mercado, legales, o de participación, tanto individual como colectiva.
Los distintos instrumentos de control social requieren cierto contexto para ser eficaces y eficientes, favorecer la equidad y promover la formación de capital social. El Estado es el responsable de ejercer la función normativa del sistema, la cual básicamente consiste en la definición de políticas y la regulación. Sin embargo, el que esta función sea responsabilidad del Estado no debe confundirse con que deba ser ejercida autoritariamente, desde la burocracia técnica y sin la participación de la ciudadanía. Al contrario, existen claras ventajas al incorporar en su definición a los actores afectados por las políticas públicas, y no sólo como expresión real de la democracia política, sino también como elemento creador de condiciones que favorezcan la efectividad y la sostenibilidad técnica y política. De esta manera, la incorporación de los actores afectados por las políticas públicas permite responder mejor a las necesidades de la ciudadanía, posibilita una mejor definición técnica de las normas y facilita su aplicación. Por otra parte, un proceso participativo de definición de políticas habilita a las personas como ciudadanos conscientes de sus derechos, facilita que ejerzan posteriormente un efectivo control social sobre el sistema, e incremente el capital social, lo cual favorecerá su sostenibilidad[3]. Ahora bien, dentro del ámbito de la salud, los procesos de reformas en el sector, que se están llevando a cabo deberían orientarse a que el sistema de salud responda con mayor eficiencia y equidad a las necesidades de los usuarios. En tal sentido, esto constituiría una oportunidad para promover la participación y el control ciudadano sobre el sistema de salud. Consecuentemente, desde esta perspectiva, permitiría alcanzar los estándares de eficiencia del servicio de salud publico, elevar el nivel de salud de la población, reducir las desigualdades, garantizar un trato adecuado a los usuarios y ofrecer protección financiera en materia de salud a todos los mexicanos[4].
Consideraciones Finales: de lo Ideal a la Realidad
En México, todavía se está lejos de contar con instrumentos apropiados para que la ciudadanía ejerza un control efectivo sobre los prestadores de servicios de la salud pública y de ella en general, esto es, desde el ámbito público y privado.
Entre los principales obstáculos detectados para el desarrollo de la participación de los usuarios en el sector salud, destacaría los siguientes: la desigualdad en la distribución de los ingresos y de otras formas de poder que caracteriza el carácter incipiente del reconocimiento de los derechos de las personas frente a los servicios públicos, la escasa información acerca de esos derechos y la ausencia de mecanismos que permitan hacerlos efectivos, la precariedad con que los mecanismos de control existentes reconocen la diversidad social y recogen la opinión de las minorías o de los sectores más marginados, y el débil desarrollo de las organizaciones sociales. De esta manera, persistiendo este cúmulo de factores negativos, es difícil conciliar los objetivos de equidad, eficiencia y libertad de elección. El desarrollo de instrumentos que permitan ejercer control ciudadano sobre las funciones de financiamiento y de aseguramiento del sistema es aún muy precario, pese a los avances realizados, debido a la formulación de políticas en el sector de la salud de forma centralizada, con escasa participación de las personas y baja adecuación a la realidad existente en la modernidad.
Referencias Bibliograficas.

Aguilar, Luis F., (1998), “Sociedad civil y política social”, El Mercado de Valores, octubre, pp. 45 -53

Fox Vicente, Discurso del LXXXIV aniversario de la promulgación de la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos (05/02/2001) www.presidencia.gob.mx

Laurell, Asa Cristina. (1997) La Reforma contra la Salud y la Seguridad Social (México, D.F.: Ediciones Era y Freidrich Ebert Stiftung).

Opazo – Marmentini JE. (2000) Ciudadanía y democracia: la mirada de las ciencias sociales: Metapolitica, 52 - 79

Presidencia de la República. Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006. Gobierno de los Estados Unidos mexicanos. México D.F. 2001.

Rúelas Barajas, Enrique y Antonio Alonso Concheiro, (1997), Tendencias a futuro de la organización de la atención médica en México en: Fundación Mexicana para la Salud, Observatorio de la Salud: Necesidades, Servicios, Políticas, (México, D.F., Fundación Mexicana para la Salud).

Martínez Valle, (1997), Adolfo. La dimensión política en los procesos de reforma del sector salud en: Fundación Mexicana para la Salud (1997) Observatorio de la Salud: Necesidades, Servicios, Políticas, México, Fundación Mexicana para la Salud.


[1] Martínez Valle, (1997).
[2] Laurell, Asa Cristina. (1997
[3] Opazo – Marmentini JE. (2000)
[4] Presidencia de la República. Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA POBREZA Y EXCLUSION SOCIAL EN LA SOCIEDAD MODERNA.
Alfredo Mora Heredia.
A manera de Introducción.
En la modernidad estamos viviendo tiempos de cambios acelerados, los mismos que se han evidenciado a través de acontecimientos como crisis del Estado de Bienestar, globalización, crisis financieras recurrentes, desempleo, pobreza y exclusión social. Pero si bien toda esta Pléyade de acontecimientos marcan la distinción de una nueva época, también lo es la incertidumbre en relación a cómo afrontarlos en toda su magnitud, y sobre todo sopesar en sus justas dimensiones los efectos e impactos que para el orden social, político y económico del siglo habrán de tener. En ese sentido, la pobreza y exclusión social son fenómenos existentes en toda sociedad moderna. En tal sentido han surgido diversas maneras de medir la pobreza, de establecer parámetros indicativos del grado de desigualdad existente en las sociedades. Empero no es lo mismo la pobreza en España, México y/o Guatemala. Las canastas básicas, las rentas son diversas. De igual manera la estrategia para combatir estos fenómenos no es similar, mientras en España se tiene un estado de bienestar en México tenemos una situación en la cual las políticas publicas se aplican en un contexto de privatización de la practica social del Estado. En tal sentido los modelos de política social aplicados son diferentes.
En el marco de la situación antes descrita, el presente escrito pretende establecer de manera breve algunas consideraciones generales en torno a la pobreza, exclusión social, su medición y solución vía política social.
Precisando los conceptos: Pobreza y Exclusión Social

La pobreza es un fenómeno que caracteriza a las personas, familias o grupos que no disponen de los recursos materiales suficientes para atender sus necesidades básicas. Mientras la exclusión social es, una situación en la que inciden no sólo la insuficiencia de medios materiales, sino también la falta de participación en el empleo y la incapacidad para acceder a otros bienes como la cultura, la educación, la sanidad o la vivienda. No sólo afecta a personas concretas que han sufrido graves reveses, sino a grupos sociales enteros, tanto en zonas urbanas como rurales, que son objeto de discriminación, segregación o víctimas de los debilitamientos de sus formas tradicionales de relaciones sociales. De esta manera La exclusión social pone de manifiesto los defectos de la estructura social y evidencia los riesgos de una sociedad dual o fragmentada. Ahora bien, La relación entre ambas situaciones -pobreza y exclusión social- no es unidireccional, ni de causa ni de efecto. Su concurrencia es resultado de factores muy heterogéneos que están en la base misma de la estructura y de la organización social, del modelo de desarrollo y de las relaciones sociales: factores como el impacto del modelo económico sobre los trabajadores con bajas calificaciones; la transformación de las estructuras familiares y de las formas tradicionales de solidaridad, el avance del individualismo y la desaparición de instituciones usuales de representación, las nuevas formas de emigración ilegal y los desplazamientos de población, etc. Todos estos fenómenos se ven agudizados en ocasiones por formas tradicionales de pobreza que se concentran en zonas urbanas o rurales en decadencia. La medición de la pobreza es una tarea esencial desde el punto de vista del diseño y seguimiento.
Las Mediciones.
Sabemos que la pobreza es una condición humana multidimensional que no puede reducirse a una simple estadística, pero su medición es una herramienta importante, ya que permite: a) Evaluar el desarrollo del país en términos del mejoramiento de las condiciones de vida de la población, b) Establecer la magnitud del problema de desarrollo, c) Caracterizar el fenómeno para el diseño de políticas, programas y acciones del sector público y d) Evaluar las políticas, programas, y acciones públicas de desarrollo social, en términos de su incidencia sobre la pobreza y la exclusión social.
Existen varios argumentos teóricos que explican la manera de identificar cuando un hogar, o familia está en los umbrales de la pobreza. Tales como, la teoría del capital humano, el argumento Maltusiano, la determinación del medio rural o urbano, la explotación del género, la ocupación y el ingreso. Ahora bien para medir la situación de pobreza se recurre a analizar los siguientes factores: tamaño y composición del hogar, sexo y edad del sustentador principal, nivel educativo, situación sanitaria, condiciones de habitabilidad de las viviendas y relación con la actividad económica. En el caso de la exclusión social tenemos los siguientes factores: dificultades financieras del hogar, no poder satisfacer algunas necesidades básicas, no estar en posesión de bienes duraderos, inconvenientes en relación con las condiciones de la vivienda, problemas de salud, infrecuentes contactos con amigos y otras relaciones sociales como la Insatisfacción con la actividad principal y acumulación de desventajas a lo largo de la vida.

Estrategia de Política Pública para combatir la Pobreza y Exclusión Social.
Las nuevas orientaciones en materia de política social son diversas. La más común e innovadora es la de las rentas mínimas de inserción. En líneas generales las Rentas Mínimas de Inserción pueden definirse como la cantidad que el Estado aporta a los ingresos de una familia para que alcance el nivel mínimo de subsistencia del conjunto de la sociedad de la que forma parte. Empero No se trata de una prestación universal a la que tiene derecho toda persona por igual, ya que en España su aplicación va acompañada del cumplimiento de una serie de requisitos.
Este tipo de programas sociales surgen en España entre los años 1989 y 1992 en casi todas las Comunidades autónomas. Ahora bien, son programas creados para tratar de paliar, en la medida de lo posible, situaciones de extrema necesidad económica y por tanto están dirigidos a aquellos colectivos denominados de exclusión social, que en general se hayan ignorado o discriminado por otros tipos de políticas sociales.
Por tanto, estos programas se configuran como una última red de protección social, en el sentido que sólo acceden a ellos las personas que no tienen derecho a ningún otro tipo de prestaciones, con el fin de conseguir un sistema en el que todo ciudadano disponga de unos recursos mínimos para la subsistencia. Son mecanismos para quienes no acceden a las prestaciones normales u ordinarias, por no haber contribuido el tiempo suficiente como para generar el derecho o por no cumplir los requisitos de acceso.
En tal sentido las rentas mínimas de inserción están dentro de los modelos de política social más innovadores y recientes de Europa, claro está en comparación con América Latina.

Consideraciones Finales.
El modelo de las rentas mínimas de inserción teóricamente es innovador. Mas sin embargo, la pobreza y exclusión social no son meramente económicas se hace necesario establecer otros mecanismos encaminados a la inserción o ayuda social en su concepción más amplia.
Referencias Bibliográficas.
Abrahamson, P, (1997), “Exclusión social en Europa: ¿vino viejo en odres nuevos?” en: Moreno, L. (comp.), Unión Europea y Estado de Bienestar, pp. 117 – 141 Madrid: CSIC.
Aguilar M., y otros., (1994), “Las rentas mínimas de inserción de las Comunidades Autónomas”, en: Documentación social, La pobreza en España Hoy, 96, pp. 201 – 222.
Ayala, L. y Rene, V., (1998), “El estudio de la pobreza en España”, En: Deis, et alii, Las condiciones de vida de la población pobre en España. Informe General, pp. 109 – 146. Madrid, F. foessa – Caritas.
_____________, (1994a), “Los sistemas generales de rentas mínimas en Europa: logros, limites y alternativas” en: Documentación Social, La pobreza en España Hoy, 96, pp. 223 - 275
Casado, Demetrio, (1995), “La pobreza y su conceptualización”, En: Dialogo Filosófico, 32, pp. 179-186
García, C., y otros. (2001) La pobreza: un análisis critico basado en el panel de Hogares de la Unión Europea, Madrid, MTAS.
Gaviria, M., y otros, (1995ª) “aproximación teórica al concepto de exclusión” en: Álvarez – Uria, F. et al (1995) Desigualdad y Pobreza, hoy, pp. 133 – 200. Madrid, Talasa.
Laparra, M., y otros. (1996) “Peculiaridades de la exclusión en España: propuesta metodológica y principales hipótesis a partir del caso Aragón”, en: VV.AA., Pobreza, Necesidad y discriminación. II Simposio sobre Igualdad y Distribución de la Renta y la Riqueza, pp. 65 – 102. Madrid, fundación Argentaria y VISOR.
Serrano, A. y Ana Arriba, (1998a) “Los `usos` de las rentas mínimas de inserción en España”, Documento de trabajo/working paper, IESA – CSIC, 98/01, Madrid.

martes, agosto 15, 2006


Sugerencias para escribir un ensayo a nivel universitario.


En primera instancia, se debe elegir un tema conectado con el programa de estudio,[1] que sea de interés para usted. Después comience a limitarlo de modo que puedas escribir un ensayo analítico respetable.
El ensayo requiere concentración en un tema particular del o conectado con el programa, usando la bibliografía del programa o adicional que sea relevante al tema. Los que van a leer el ensayo tienen ciertas expectativas sobre el mismo: que discutas y analices un tópico en particular, usando la bibliografía mencionada de modo que desarrollar un argumento de manera organizada, coherente y persuasiva. Lo que se espera es una “respuesta informada y personal”. “Informada” porque demostraras conocimiento del tema, “personal” porque dicho conocimiento es empleado para mostrar tus propias opiniones.

Al escribir el ensayo hay que tener en cuenta la estructura del mismo:
Introducción: empieza con un párrafo identificando el tópico en el que te vas a concentrar. Demuestra que entendiste lo que vas a tratar. Para eso tuviste que haberte concentrado en algunos temas, conceptos, argumentos, etc., y adaptado tu material a tal efecto.
Desarrollo: aquí se encuentra el cuerpo principal del ensayo. Aquí desarrollaras tu argumentación, punto por punto, párrafo por párrafo. De ser necesario, utiliza citas breves para ilustrar tu argumentación, y demostrar por qué son relevantes. Citar por citar no es conveniente.
Conclusión: aquí aparecen juntas las conclusiones más importantes, sobre todo la que muestra por qué alcanzaste el objetivo que te habías propuesto. No es simplemente una repetición de lo expuesto en el ensayo, sino un resumen que muestra que desarrollaste tu cuestión exitosamente.

Algunos consejos extra:
No utilices expresiones, palabras, conceptos, etc., que no entiendas. Evita tecnicismos, a menos que sean indispensables.
Desarrolla una tesis fuerte o provocativa en tu primer o segundo párrafo. En dicha tesis debe figurar claramente sobre qué va a versar el ensayo, qué va a aparecer en él.
El ensayo debe estar destinado exclusivamente a mostrar que tu tesis es correcta, no a demostrar todo lo que sabes.
Muestra la evidencia que apoya tu argumentación.


[1] Me refiero al programa de estudio de la materia en cuestión.